Coge una cacerola mediana y añade la mantequilla, y deja que se derrita a fuego medio-alto.
Una vez que la mantequilla se haya derretido, añade las zanahorias baby y la cebolla, picadas finamente.
Saltea las verduras y remueve con frecuencia para evitar que se quemen. También puedes bajar el fuego si es necesario.
Cuando las zanahorias y la cebolla se hayan ablandado, es el momento de verter el caldo de pollo y añadir también el apio picado.
Remueve bien la mezcla para que todas las texturas e ingredientes se combinen.
Ahora es el momento de añadir la estrella del plato: el brócoli picado. Remueve la sopa de brócoli una vez más y añade sal y pimienta.
Cocina la sopa a fuego medio-alto durante unos 15 minutos, o hasta que estés satisfecho con la consistencia y la textura del brócoli.
Si prefieres que los trozos de brócoli estén un poco más tiernos, puede que tengas que cocinar la sopa un poco más.
Mientras se cocina la sopa, puedes aprovechar este tiempo para preparar el componente de queso que hace que esta sopa sea tan irresistible.
Para esta "salsa" de queso cheddar, tendrás que combinar la maicena y mezclar hasta conseguir una pasta bien homogénea.
Añade la leche y la maicena a un cuenco, y bátelos juntos o utiliza una batidora para mezclarlos sin que queden grumos.
Vierte la mezcla de leche y maicena en la sopa y baja el fuego. Recuerda remover la sopa de brócoli mientras añades la mezcla para evitar que se formen grumos.
Una vez que la mezcla de leche y la sopa de brócoli se hayan casado, deja que la sopa cueza a fuego lento durante unos minutos antes de añadir el queso.
Cuando la sopa haya alcanzado la consistencia deseada, añade el queso cheddar y deja que se funda en la sopa.
Espolvorea un poco de ajo en polvo para darle más sabor, luego prueba la sopa y comprueba si hace falta más condimento.
Cocina la sopa de brócoli y queso durante unos 10 minutos a fuego lento, luego retírala del fuego y sírvela con tomillo picado y un poco más de queso cheddar por encima.