Precalienta el horno a 400°F/205°C.
Forra una bandeja para hornear con papel pergamino engrasado y resérvala.
Corta la mantequilla en cubos de ½ pulgada y mételos en el congelador hasta que los vayas a utilizar.
En un cuenco mediano, bate la harina, el azúcar, la sal y la levadura en polvo hasta que estén bien combinados.
Añade la mantequilla fría a la mezcla de harina. Con un cortador de galletas, un tenedor o las manos, corta la mantequilla en la harina hasta que tenga el tamaño aproximado de un guisante y la harina parezca arena húmeda.
No tiene que ser uniforme. Si algunos trozos son más grandes que otros, no pasa nada.
Si utilizas las manos, trabaja con mucha rapidez para no calentar demasiado la mantequilla.
Con un tenedor, incorpora el suero de leche. Cuando empiece a formarse una masa desordenada, colócala en una superficie de trabajo limpia y amasa suavemente hasta que la masa se una. La masa se secará y se desmenuzará, pero debe permanecer intacta.
Con un rodillo, enrolla suavemente la masa hasta formar un rectángulo. A continuación, dobla cuidadosamente la masa sobre sí misma en tercios, como un sobre (esto ayuda a crear más capas), y presiona suavemente para comprimir las capas.
Vuelve a extender la masa hasta que tengas una placa rectangular de aproximadamente ½ pulgada de grosor.
Con un cortador de galletas redondo de 3 ó 4 pulgadas, perfora tantos círculos de galletas como puedas y colócalos en la bandeja de hornear preparada.
Recoge los restos de masa, presiónalos con cuidado y haz otro rectángulo con ellos. Perfora más círculos de galletas. Repite este proceso hasta que hayas utilizado todos los restos.
Opcionalmente, coloca la bandeja en el congelador durante 10 minutos para enfriar los lácteos antes de hornearlos.
En un cazo pequeño o en el microondas, derrite 2-3 cucharadas de mantequilla.
Unta ligeramente la parte superior de las galletas con la mantequilla derretida. Si quieres un bizcocho más dulce, puedes pincelar la parte superior con suero de leche.
Coloca la bandeja en la rejilla central del horno y hornea durante 10-15 minutos, o hasta que las galletas estén doradas.
Deja que las galletas se enfríen por completo.
¡Córtalas y disfrútalas!