Empieza por coger una olla grande o un horno holandés y empieza a calentar 3 cucharadas de aceite de oliva a fuego alto.
A continuación, vamos a saltear las verduras, añade el apio picado, las zanahorias en dados, el ajo picado y añade una pizca de sal y pimienta.
Saltéalas durante unos 6 minutos hasta que estén bien blandas.
A continuación, añadimos 12 tazas de agua y el pollo crudo (entero) y lo llevamos todo a ebullición.
Cuando todo esté hirviendo, reduce el fuego a bajo y deja que todo se cocine junto durante unas 2 horas. Comprueba el pollo a las 2 horas y, si está bien cocido, sácalo de la olla y déjalo enfriar.
Si aún no está hecho del todo, sigue cocinándolo hasta que esté listo.
Ahora hay que quitar la carne y desmenuzar el pollo. Quita los huesos, cartílagos o piel y separa el pollo en trozos del tamaño que prefieras para los fideos.
Vuelve a poner esta carne en la olla y añade las 2 pastillas de caldo, las 2 hojas de laurel y las 4 cucharadas de perejil a la olla. Remueve todo y vuelve a ponerlo a temperatura.
Una vez que todo vuelva a hervir, baja el fuego a bajo, añade las 2 tazas y media de fideos de huevo y déjalo cocer a fuego lento otros 30 minutos.
¡Ya está listo para servir! Cuando hayas decantado una porción en un cuenco, puedes sazonarla con un poco de sal y pimienta por encima si lo deseas.