Lo ideal es utilizar un horno holandés para esta receta, pero si no tienes uno a mano, también puedes utilizar cualquier sartén de fondo grueso.
Engrasa ligeramente la olla/horno holandés y ponla a calentar a fuego medio-bajo.
Añade los 2 kilos de carne picada, la cebolla amarilla picada y los pimientos verdes y rojos. Remuévelo todo y deja que se cocine durante unos 5 minutos.
Cuando se haya cocinado un poco, se habrá acumulado algo de humedad en la olla. Vierte este exceso de humedad, ya que no quieres que se cocine al vapor.
Comprueba dos veces que la carne ya no está rosada en esta fase. Si no lo está del todo, deja que se cocine unos minutos más antes de continuar.
Una vez descartada la humedad, añade el ajo y los copos de pimienta roja. Remuévelo todo bien y deja que se cocine durante 1 ó 2 minutos más.
Añade los tomates cortados en dados, la salsa de tomate, las hojas de laurel y el azúcar granulado. Remueve todos estos ingredientes hasta que el azúcar se haya disuelto adecuadamente.
Baja un poco el fuego y deja que se cocine a fuego lento durante unos 10 minutos más para que todo se cocine bien y todos los sabores puedan infusionarse.
Con todos los ingredientes combinados, añade la pasta sin cocer, junto con 2 tazas de agua.
Tapa la olla y cuece todo junto durante unos 15-18 minutos.
Comprueba que la pasta está bien cocida con un tenedor. Sólo tienes que pinchar un trozo de pasta, y debe pasar suavemente sin resistencia. Si la pasta aún está demasiado dura, déjala cocer a fuego lento otros 3-5 minutos.
Retira el horno holandés del fuego. También puedes retirar las hojas de laurel en este momento.
Por último, añade el maíz en conserva y remueve. No es necesario que se cuezan, así que puedes servirlo enseguida.