En un bol mediano, combina la salsa de soja, el Worcestershire, el humo, el azúcar y las especias. Bátelo todo hasta que el azúcar se haya disuelto y las especias se hayan integrado.
Coloca un bol grande junto al bol de la marinada.
Sumerge las tiras de ternera de una en una en la marinada, dándoles la vuelta unas cuantas veces para asegurarte de que toda la tira queda cubierta. Pásala al bol grande.
Repite este proceso hasta que todas las tiras de carne hayan sido sumergidas y cubiertas.
Transfiere los restos de la marinada al bol grande y mezcla el filete con la mano. Presiona un trozo de plástico sobre la superficie de la carne hasta que no haya aire entre el plástico y la carne y quede bien cubierta.
Cubre el bol con otro trozo de plástico (o papel de aluminio) y deja que la carne repose en el frigorífico durante al menos 3 horas y hasta 24 horas.
Una vez que la carne haya terminado de marinarse, precalienta el horno a 175°F.
Coloca una rejilla de alambre sobre una bandeja de horno grande. Coloca suavemente las tiras de carne sobre la rejilla. Pueden estar muy juntas o tocarse, pero no deben superponerse.
Si no caben todas las tiras en una sola bandeja, está bien poner dos bandejas en el horno a la vez. Sin embargo, si no tienes dos rejillas, deja los filetes en la marinada y sécalos en dos tandas.
Mientras la carne esté en el horno, cada 30 minutos aproximadamente, abre el horno y haz un movimiento de abanico con la puerta.
Esto permitirá que el exceso de humedad y el vapor salgan y ayudará a mantener seco el aire del horno. El objetivo es librar a la carne de la mayor cantidad de humedad posible.
Empieza a comprobar el nivel de cocción a las 3 horas. Cuando la carne se haya secado por completo y parezca cuero viejo y desgastado, estará terminada.
Una vez terminada, deja que se enfríe durante 5-10 minutos hasta que sea manejable, y corta la carne en tiras de 2 a 3 pulgadas con unas tijeras de cocina.
¡Sirve y disfruta!