Tritura y sazona la carne. Para obtener el mejor sabor, tritura la carne junto con los condimentos en el robot de cocina. Intenta conseguir una consistencia fina, pero no la dejes demasiado tiempo o podría volverse líquida. Consejo profesional: marina la carne antes de cocinarla, ya que permitirá que la carne absorba eficazmente el sabor del condimento. Sin embargo, ten cuidado de no dejarla abierta en el frigorífico; en su lugar, utiliza una bolsa con cierre para guardar la carne de forma segura mientras se marina.
Cocina la carne picada. Calienta 1 ½ cucharada de aceite vegetal en una sartén grande a fuego medio-alto. Cuando el aceite empiece a chisporrotear, añade a la sartén la mezcla de carne con los condimentos. Remueve continuamente para que la carne no se pegue a la sartén ni se queme. Cuando toda la carne esté cocida, retírala del fuego y deja que se enfríe.
Precalienta el aceite a temperatura media-baja y rellena los Crispitos con la carne. Enrolla los Crispitos en forma oblonga, dobla los lados y resérvalos. Deben quedar bastante enrollados, así que dale la forma adecuada a la carne antes de doblarlos.
Fríe los Crispitos. Cocina lentamente los Crispitos en el aceite caliente hasta que estén dorados y crujientes. No es necesario cocinar los rollitos durante demasiado tiempo, ya que tanto la carne como las tortillas ya están cocidas. Coloca los Crispitos recién hechos en un plato con una toalla de papel para que absorban el aceite restante.
Prepara la cobertura para los Crispitos. Mezcla el queso rallado, la salsa, la nata agria y los aguacates en rodajas y sírvelos con los Crispitos. Acabas de conseguir una forma novedosa y poco ortodoxa de consumir estos sabrosos panecillos. Siéntete libre de ajustar la sazón o condimentar las cosas con algunas cebollas o jalapeños y ¡disfruta de este plato de chef de restaurante profesional!