Precalienta el horno a 400 °F y forra una bandeja para hornear. A continuación, rocíala con un spray para cocinar.
Lava bien las patatas para eliminar cualquier resto de suciedad, ya que no las vas a pelar. A continuación, corta cada patata a lo largo, y luego repite con cada mitad hasta que tengas 8 cuñas de cada patata.
Nota: asegúrate de que tengan más o menos el mismo grosor y tamaño, para que se cocinen por igual.
Añade los dados de patata a una bolsa de plástico con todos los condimentos. Sella la bolsa y sacúdela bien para que todos los trozos queden bien cubiertos de especias.
Extiende los trozos de patata en una sola capa sobre la bandeja de horno engrasada, con la piel hacia abajo. Espolvoréalas con la mitad del queso parmesano y sal extra. Después, hornéalas hasta que estén doradas y crujientes durante unos 35 minutos.
Truco profesional: da la vuelta a los gajos de patata a la mitad para que se cuezan del todo.
Derrite la mantequilla y mézclala con la salsa de pimiento picante en un cuenco. Moja los gajos de patata cocidos y sírvelos.
Además, unta un poco de aliño de ensalada y espolvorea el parmesano restante sobre ellas.