Cuece la "columna vertebral" de tu plato de bistec y gambas: la pasta. Hierve agua en una olla grande, añade sal y los linguini. Cuece la pasta unos 7 minutos para que quede al dente y escúrrela bien.
Mientras se cuece la pasta, puedes preparar las gambas. Pon mantequilla y aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio y añade el ajo y las hojuelas de pimiento rojo. Cocina durante un minuto.
Añade las gambas peladas y desvenadas a la sartén y espolvorea un poco de sal y pimienta. Cocina durante unos 5 minutos removiendo con frecuencia hasta que las gambas estén bien cocidas y rosadas. Una vez cocidas, retíralas a un plato y resérvalas.
Añade el vino blanco y el zumo de limón. Cuece durante 1 minuto, retira la sartén del fuego y añade perejil picado finamente.
A continuación, añade los linguini y las gambas a la sartén y remueve para que la pasta se impregne bien de la salsa.
Cocina el filete. Salpimienta el filete. A continuación, calienta una sartén grande de hierro fundido a fuego fuerte, unta ligeramente el filete con aceite y colócalo en la sartén cuando esté bien caliente.
Nota: es aún mejor si sazonas el filete de antemano, incluso antes de cocer la pasta. Cocina el filete unos 3-4 minutos por cada lado. Si tienes un termómetro para carne, debe estar a unos 135 grados para poco hecho y a 140 para término medio.
Mientras se cocina el filete, mezcla la mantequilla y el ajo en un bol pequeño y úsalo para cubrir el filete cuando esté hecho. Déjalo reposar unos 5 minutos antes de cortarlo, siempre a contrapelo.
Reparte el linguini y las gambas en dos cuencos y pon encima el filete cortado. Espolvorea con un poco de perejil picado adicional y disfruta. Tu pasta de chef está lista.