El pollo sabe a pescado: Por qué ocurre y 4 formas de solucionarlo
Una de las peores cosas que puede ocurrir cuando preparas un plato y pones todo tu empeño en él es que la carne tenga un sabor desagradable y a pescado. No importa el condimento que utilices, ni lo bien que prepares la salsa, a veces la carne puede tener un sabor desagradable.
El sabor a pescado es algo que ocurre con el pollo, sobre todo si has cometido algún error al almacenarlo y prepararlo. Por suerte, hay algunas técnicas eficaces que puedes utilizar para que el pollo no sepa a pescado.
Es más, si sigues leyendo, aprenderás a reconocer el pollo malo desde el principio y evitarás que se arruine tu cena.
¿Por qué tu pollo sabe a pescado?
Ahora, antes de entrar en las posibles soluciones para este problema, es importante abordar el problema principal en sí. Es posible que te preguntes por qué tu pollo sabe a pescado, sobre todo si lo has condimentado y preparado de la forma habitual.
He aquí algunas de las posibles razones que explican el sabor a pescado de tu pollo, así como el posible mal olor.
1. Almacenamiento inadecuado
Empecemos por la razón número uno y la más obvia: la carne se ha estropeado. Es necesario comprobar la fecha de caducidad y asegurarte de que guardas el pollo en el congelador si no lo vas a utilizar al día siguiente o a los dos días.
Un truco práctico que puedes utilizar para llevar la cuenta de los alimentos de tu congelador (especialmente la carne) es etiquetarlos y anotar la fecha de caducidad. Sería incluso mejor llevar la cuenta de lo que tienes en el congelador manteniendo una lista en el mismo.
En caso de que guardes algo de pollo para más adelante, asegúrate de guardarlo en el frigorífico, y nunca lo dejes a temperatura ambiente, por muy fría que parezca la habitación. Si la carne está en mal estado, tendrá un sabor agrio y ácido y un olor desagradable.
Otro posible problema podría ser no almacenar adecuadamente el pollo. Si vas a dejar el pollo en el frigorífico, asegúrate de sellarlo completamente, ya que así evitarás que absorba todos los demás olores de tu frigorífico (especialmente si también guardas pescado).
Además, es importante que te asegures de sellar bien el pollo y de que no esté en contacto con ningún otro tipo de carne. Mezclar tipos de carne en el almacenamiento es algo que definitivamente producirá un olor y un sabor desagradables.
2. Volver a congelar el pollo
Uno de los errores más comunes que se cometen cuando se trata de carne congelada es dejarla descongelar a temperatura ambiente, y luego volver a congelar la carne restante. Congelar el pollo dos veces es muy peligroso, y puede afectar a algo más que al sabor de la carne.
La mejor manera de evitar esta situación es envasar el pollo en lotes pequeños. De este modo, no tendrás que esperar a que se descongele ese enorme trozo de pollo, sólo para cortar la parte que necesitas y tener que volver a congelar el resto del pollo.
Volver a congelar la carne ya descongelada representa un enorme riesgo para la salud, ya que permite que las bacterias se desarrollen y prosperen en la carne, además de crear un sabor y olor a pescado en el pollo.
3. El pollo estaba en mal estado
Al comprar la carne, es necesario comprar sólo a vendedores registrados y con licencia. De este modo, tendrás la seguridad de que se han cumplido todos los protocolos y requisitos sanitarios, y que el pollo se ha almacenado correctamente.
A menudo, si compras el pollo a vendedores poco fiables, el problema radica en la propia carne, no en la forma en que la has almacenado o preparado. Por tanto, antes de cocinar o almacenar la carne, es necesario inspeccionarla brevemente para estar seguros.
La prueba más precisa es sin duda la del olor. Si el pollo crudo huele a pescado, lo más probable es que no se haya almacenado correctamente y se haya estropeado.
Además, si huele a pescado, no es de extrañar que el pollo también sepa a pescado.
4. Estás reutilizando el aceite de freír
En caso de que estés friendo el pollo, y la sartén o el cazo no se hayan lavado correctamente (aunque hayas preparado el pollo en ellos de antemano), el pollo puede absorber el olor y el sabor persistentes y rancios de estas ollas.
Otro error común que comete la gente es reutilizar el aceite de freír, aunque lo hayas usado antes para el mismo tipo de carne/plato. Esto no sólo no es seguro con la mayoría de los tipos de aceite, sino que también podría ser la razón por la que tu pollo huele a pescado.
Aunque no notes este olor y sabor mientras preparas el plato, podría ser la razón principal por la que el pollo sabe a pescado después de la cocción.
5. Utensilios sucios
A veces, el problema no está en la carne, ni en el almacenamiento, ni en el proceso de fritura, sino que reside en algunos factores sanitarios. Si utilizas utensilios sucios, así como la batería de cocina cuando preparas el pollo, esto puede poner en grave peligro su calidad.
Al igual que es necesario desinfectar todos los cuchillos, tablas de cortar, tenedores y otros utensilios que hayan estado en contacto con la carne cruda, es crucial utilizar también utensilios limpios al prepararla.
Mantener una cocina limpia y desinfectada en general es la clave para una comida sana y deliciosa.
6. Olor desagradable en el congelador
Si no has limpiado el congelador en un tiempo, y notas que el pollo huele a pescado cuando lo descongelas o lo preparas, puede ser la señal para descongelar el congelador y limpiar los artículos que hayan caducado.
En la mayoría de los casos, ninguno de los alimentos que tienes en el congelador se ha estropeado, sino que el olor desagradable se produce como resultado de la combinación de muchos olores en un mismo lugar. Otras veces, algunos de los alimentos no han sido sellados correctamente y tienen fugas.
En el peor de los casos, algunos de los alimentos se han estropeado y es necesario inspeccionar todos y cada uno de los artículos que tenías almacenados en el congelador. Aunque hayas sellado bien el pollo, puede absorber parte del mal olor del congelador.
7. El pollo fue alimentado con pescado
Por desgracia, si has empezado a comprar recientemente una nueva marca de pollo, puede ser que la granja tenga la costumbre de alimentar a sus pollos con pescado. La razón de este método de alimentación es aumentar el contenido de proteínas en el pollo.
Aunque esta práctica no es muy común, podría ser una de las razones por las que tu pollo tiene un sabor y/u olor a pescado, independientemente del método de cocción que utilices.
¿Cómo eliminar el sabor a pescado del pollo?
Aparte de todos los factores que hemos mencionado, hay métodos que puedes utilizar para evitar el mal sabor del pollo y permitir que todos los sabores naturales del pollo se combinen con tus especias, hierbas y salsas favoritas.
1. Marinar el pollo en agua y vinagre
En caso de que notes que algo no va bien con el pollo que estás preparando antes de empezar a cocinarlo, o simplemente quieras evitar que el olor a pescado vuelva a aparecer, puedes marinar el pollo en una mezcla de agua y vinagre.
Lo único que tienes que hacer es combinar unas cucharadas de vinagre y un chorrito de agua para crear una mezcla suficiente para cubrir el pollo por completo. Añade el pollo a la mezcla y déjalo reposar de 15 a 20 minutos antes de cocinarlo.
El vinagre no sólo neutralizará el olor y el sabor a pescado, sino que también puede ayudar a que la carne esté tierna y evitar que se vuelva seca y gomosa en el proceso de cocción.
Tras 15-20 minutos, saca el pollo de esta mezcla y lávalo con agua corriente para eliminar el exceso de vinagre. Añade el condimento deseado y prepara el pollo como lo harías normalmente.
2. Rebozar con la mezcla de harina y sal
Otra forma eficaz de mantener a raya el sabor y el olor a pescado del pollo es rebozar los trozos de pollo con la mezcla de harina y sal. Antes de este paso, es necesario lavar bien el pollo y secarlo con palmaditas.
El siguiente paso sería hacer la mezcla combinando dos cucharadas de harina con una de sal. Asegúrate de haber combinado bien los ingredientes antes de aplicar esta mezcla sobre los trozos de pollo, frotándola.
Deja que el pollo repose de 5 a 10 minutos, tras lo cual lavarás la mezcla del pollo.
En un bol más grande, combina agua, ¼ de taza de vinagre, ½ taza de zumo de limón y una cucharada de sal. Introduce el pollo en esta solución y déjalo reposar otros 15 minutos. Una vez transcurridos los 15 minutos, es el momento de volver a lavar el pollo.
En este punto, el pollo debería estar libre de cualquier olor desagradable y sabor a pescado, y listo para ser frito, horneado o convertido en cualquier plato de tu elección.
3. Cocina el pollo en salsa de tomate
Si la carne no ha caducado, pero todavía huele a pescado y tiene un sabor a pescado, puede que tengas que deshacerte de estos sabores y aromas combinándolos con los ingredientes adecuados. Algo ácido, como la salsa de tomate, debería neutralizar completamente el sabor a pescado.
Aunque se aconseja cocinar el pollo en esta salsa para obtener los mejores resultados, puedes utilizar la salsa por encima del pollo para disimular el sabor desagradable. Por supuesto, las hierbas aromáticas como la albahaca y el tomillo también pueden servir, sobre todo si se combinan con los tomates.
4. Asegúrate de que tu cocina está limpia
…¡Y cuando decimos cocina, nos referimos a toda ella! Trabajar con la carne puede ser un gran reto, ya que es muy sensible y puede absorber fácilmente todos los sabores y olores.
Por lo tanto, es necesario mantener tu cocina en orden, incluyendo todas tus ollas, sartenes, utensilios, tablas de cortar, así como tu espacio de almacenamiento. Como hemos explicado, por muy bien que selles el pollo, puede absorber los aromas de tu congelador y tu frigorífico.
Limpiar el congelador y la nevera debería ser una tarea mensual (o quincenal, si puedes) si quieres evitar que la comida se estropee y desarrolle estos sabores indeseados.
Si el pollo sabe a pescado, ¿es seguro comerlo?
Realmente depende de muchos factores. Si el problema no está en la calidad de la carne y la fecha de caducidad no está cerca, este tipo de problema no es una razón para que tires el pollo. Como hemos comentado, hay muchas formas de salvar la carne que sabe/huele a pescado.
En general, si no te importa invertir tiempo y esfuerzo en salvar este tipo de plato, te decimos que lo hagas, pero sólo después de asegurarte de que la carne no se ha estropeado.
Sin embargo, si ninguno de los métodos que hemos mencionado ha resultado eficaz, quizá lo mejor sea comprar un nuevo trozo de carne y seguir nuestras instrucciones para almacenar la carne y prepararla adecuadamente.
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